Introducción.
Una extinción masiva es un período de tiempo en el cual desaparece un número muy grande de especies. Por el contrario, se estima que en períodos normales las especies desaparecen a un ritmo de entre dos y cinco familias biológicas de invertebrados marinos y vertebrados cada millón de años. Desde que la vida empezó en la Tierra se han detectado siete sucesos de extinción graves en el Eón Fanerozoico.
Causas.
Estas extinciones se han atribuido generalmente a causas endógenas de la propia biosfera, a la acción de supervolcanes y al impacto de asteroides.
Existe una teoría que se atribuye a casi todas las grandes extinciones por impactos meteoríticos. Se ha establecido que aproximadamente cada 100 millones de años de media impacta un asteroide kilométrico contra la Tierra. Si se tiene en cuenta que la vida pluricelular lleva unos 600 millones de años debería haber habido entre 5 y 6 grandes extinciones desde entonces. Y esas son las que realmente han ocurrido. Otras posibles causas son atribuidas a grandes glaciaciones globales o a erupciones masivas.
También se considera como causa probable de extinciones menores o incluso de las grandes extinciones, las explosiones de supernovas cercanas.
* Desde que la vida se inició en la Tierra han ocurrido siete extinciones masivas:
Primera gran extinción.
Causas.
Las dos hipótesis más aceptadas sobre las causas de estas extinciones son la llegada de un
La hipótesis de la era glacial se basa en evidencia de sedimentos glaciales encontrados en América del Sur en capas del principio del Ordovícico. Este período glacial podría haber producido un descenso en las temperaturas a nivel global, produciendo la extinción de la fauna que no podía sobrevivir en esas condiciones.
Según la hipótesis de la reducción de las concentraciones de oxígeno en las aguas marinas, causada por un enfriamiento en las aguas habría ocurrido cuando las aguas profundas y frías remontaron, produciendo variaciones en los niveles de oxígeno del agua, haciendo perecer a la fauna que solo podía vivir en ciertos estratos de la columna de agua de los mares.
Segunda gran extinción.
Las extinciones masivas del Ordovícico-Silúrico fueron dos y ocurrieron hace aproximadamente 440 y 450 millones de años, y marcaron la diferencia entre los períodos Ordovícico y silúrico. En esa época, todos los organismos complejos vivían en el mar y cerca de 100 familias biológicas se extinguieron, lo cual representaba el 85% de las especies de fauna. Los braquiópodos y los briozonos fueron de los más afectados, junto con las familias de trilobitas, conodintes y graptolitas.
Causas.
La teoría más aceptada es que la primera extinción masiva fue causada al inicio de una larga
Tercera gran extinción.
La Extinción masiva del Devónico es el nombre que se da a una extinción o serie de importantes extinciones de especies al final del Devónico, que conduce al Carbonífero. El final del Devónico viene marcado por esta crisis de extinción masiva que afectó más a los mares que a los continentes, y más a las latitudes tropicales que a las medias. Los corales que habían dominado el período se extinguieron, y hasta el Triásico no volvieron los arrecifes coralinos a ser importantes. Muchos taxones marinos sufrieron una fuerte reducción de su diversidad, desapareciendo grupos planctónicos como los graptolites y los tentaculites. Los animales marinos de aguas cálidas habrían sido los más afectados, mientras los de aguas frías habrían sufrido mucho menos, en proporción semejante a la fauna y flora terrestre. En general, el 77% de las especies se extinguieron, así como el 57% de los géneros y el 22% de las familias.
Aunque se sospecha del enfriamiento global como causa principal, no se excluye la influencia de un impacto extraterrestre, para el que se han propuesto varios posibles lugares de colisión. Sin embargo, la existencia en la actualidad en la zona intertropical de plantas muy antiguas (como es el caso de los helechos arborescentes) hace también pensar que la estabilidad climática a través del tiempo geológico es mayor de lo que muchos piensan. Existen también evidencias de una importante era glacial, originada probablemente por la enorme difusión vegetal del Devónico. Las plantas habrían fijado el dióxido de carbono, reduciendo su efecto invernadero y contribuyendo a un enfriamiento global. Además, parece que no se trató de una única extinción masiva, sino de una serie de acontecimientos relacionados, por lo que ambas teorías pueden ser ciertas a la vez. De hecho, parece tratarse de 3 extinciones masivas a lo largo de un periodo de 3 millones de años.
Cuarta gran extinción.
La Extinción masiva del Pérmico-Triásico (PT), también informalmente llamada como la Gran Mortandad, fue una extinción masiva ocurrida hace aproximadamente 251 millones de años. Esta a sido la mayor extinción ocurrida en la Tierra, en ella desapareció el 96% de las especies marinas y el 70% de las especies de vertebrados terrestres. Tras la catástrofe sólo sobreviviría un 10% de las especies presentes a finales del pérmico. Con tan poca biodiversidad resultante la vida tenía que tardar mucho tiempo en recuperarse. Numerosas ramas evolutivas del árbol de la vida habían sido cortadas de cuajo dejando muy pocos representantes disponibles para repoblar el planeta. Por éste, entre otros motivos, es también la extinción masiva de la que más tiempo le lleva a la vida rehacerse. Durante largo tiempo la Tierra sólo fue un yermo páramo desértico cuyas especies dominantes en tierra fueron los hongos.
Causas.
Se han propuesto muchas teorías sobre la causa de la extinción, incluyendo el movimiento de las placas litosféricas, el impacto de un objeto extraterrestre, actividad volcánica extrema y más recientemente un efecto invernadero producido por la liberación de
Vulcanismo.
En Siberia se produjeron masivas erupciones que produjeron enormes flujos de basalto que duraron miles de años. Las Trampas Siberianas forman actualmente una gran provincia en Siberia, en la que hace alrededor de 251 a 250 millones de años se produjo uno de los más grandes eventos volcánicos conocidos en los últimos 500 millones de años de la historia geológica de la Tierra. Hoy en día, el área cubierta por basalto es de aproximadamente 2 millones de km² y se estima que la cobertura original fue de 7 millones de km², con un volumen original de lava calculado entre 1 y 4 millones de km³. En base a la cantidad de lava se estima que se liberó suficiente dióxido de carbono para aumentar las temperaturas del planeta en 5 °C, no lo suficiente como para matar al 95% de la vida.
Esta teoría enlaza con la erupción del flujo de basalto. El calentamiento producido por las erupciones podría aumentar lentamente la temperatura del océano hasta descongelar los depósitos de hidrato de metano que hay por debajo del fondo oceánico cerca de las costas. Esto liberaría en la atmósfera suficiente metano para elevar las temperaturas en 5 °C adicionales (el metano uno de los gases de efecto invernadero más potentes). Esta hipótesis ayuda a explicar el aumento de los niveles de carbono-12 a mitad de la capa de transición del Pérmico-Triásico. También ayudaría a explicar por qué la primera fase de extinciones se produjo en tierra, la segunda fue marina (y comenzó inmediatamente después del aumento de los niveles de C-12), y la tercera fue en tierra de nuevo.
Otra hipótesis involucra la liberación de sulfuro de hidrógeno en los océanos. Las aguas oceánicas profundas periódicamente pierden la totalidad de su oxígeno disuelto, lo que permite que las bacterias anaerobias (por ejemplo, las bacterias verdes del azufre) florezcan y produzcan sulfuro de hidrógeno. Si se produce cantidad suficiente de sulfuro de hidrógeno, este subirá a la atmósfera. Los niveles de sulfuro de hidrógeno entonces aumentarían drásticamente a lo largo de unos pocos cientos de años, siendo tóxico para la mayoría de los seres vivos. El modelado de este tipo de fenómeno indica que el gas destruiría el ozono de la atmósfera superior y la radiación ultravioleta mataría a las especies que hubieran sobrevivido a los gases tóxicos.
Recientemente (en 2006) se encontró el gran cráter de un posible impacto de meteorito en la Tierra de Wilkes, en la Antártida. El cráter tiene un diámetro de alrededor de 500 kilómetros y está situado a una profundidad de 1,6 kilómetros bajo el hielo de la Antártida. Los científicos especulan que este impacto pudo haber causado la extinción Pérmico-Triásico, a pesar de su edad sólo ha podido determinarse en el amplio rango comprendido entre 100 millones y 500 millones de años atrás. También se especula que puede haber contribuido de alguna manera a la separación de Australia de la Antártida, que en ese momento formaban parte de Gondwana. Los niveles de iridio y el cuarzo fracturado en capa de transición Pérmico-Triásico difieren de los de la transición Cretácico-Terciario. No se conoce el impacto que pudo tener este meoteorito, pues los fósiles en Groenlandia muestran que la extinción pudo haber sido gradual, con una duración de alrededor de ochenta mil años, en tres fases distintas. Sin embargo, se especula que el impacto podría haber provocado una onda de tipo sísmico que a su vez produjo la ruptura de la corteza terrestre en el punto opuesto de la Tierra. En este punto se encontraban en esa época las Trampas Siberianas, por lo que la teoría del impacto enlaza con la hipótesis del vulcanismo.
La extinción masiva ocurrida al final del
Quinta gran extinción.
La Extinción masiva del Triásico-Jurásico fue una de las mayores
Causas.
Se han propuesto diversas explicaciones para este evento, pero en todas ellas quedan cabos sueltos. Ni los cambios climáticos graduales ni los cambios en el
nivel del mar ocurridos durante el Triásico explican lo repentino de la extinción del panorama marino. Es posible que haya ocurrido un impacto de asteroide, pero no se ha encontrado evidencias de impactos cuya datación corresponda con el paso entre el Triásico y el Jurásico. Pudiera tratarse de erupciones volcánicas masivas, causando la emisión de dióxido de carbono o sulfuro de carbono en la zona magmática del Atlántico. Esto habría causado un recalentamiento global intenso (en el caso del dióxido de carbono) o bien un enfriamiento global igualmente intenso (en le caso del sulfuro de carbono). Sin embargo, la composición isotópica de las tierras fósiles del final del Triásico y del principio del Jurásico no muestra evidencia concluyente de cambios en los niveles de esas sustancias. Estas hipótesis son evaluadas en función de las nuevas evidencias que se van encontrando. Sexta gran extinción.
La extinción masiva del cretáceo-Terciario fue un período de
Se desconoce la duración de este evento pero se puede cuadrar a finales del período Cretácico. La desaparición de los grandes reptiles en esta extinción en masa dio paso al Cenozoico.
Este exterminio causó la desaparición de aproximadamente el 50% de los géneros biológicos, entre ellos se encuentran: los dinosaurios, pterosaurios, reptiles nadadores, plesiosauros y mosasaurios, ammonoideas, rudistas e inocerámidos. El nannoplancton calcáreo y los foraminíferos planctónicos experimentaron pérdidas importantes aunque se recuperaron durante la Era Cenozoica. Los grandes supervivientes fueron la mayor parte de las plantas, de los animales terrestres (tales como los insectos, caracoles, ranas, salamandras, tortugas, lagartos, serpientes, cocodrilos y mamíferos placentarios), de los invertebrados marinos (estrellas de mar, echinoidea, moluscos y artrópodos) y de los peces.
Causas.
Existen diferentes
Séptima gran extinción
Holoceno es un nombre dado a la extinción sostenida y generalizada de especies que ocurre en el último período geológico, el Holoceno. La extinción abarca desde el mamut hasta el dodo, incluyendo incontables especies que desaparecen cada año.
La extinción masiva del Holoceno comprende la notoria desaparición de mamíferos grandes, conocidos como mega fauna, cerca del final de la última glaciación entre 9.000 y 13.000 años atrás. Tales desapariciones se han considerado como consecuencia del cambio climático, como resultado de la diseminación y proliferación del humano moderno, o ambas.
La tasa de extinción ha aumentado drásticamente en los últimos 50 años. No existe acuerdo generalizado sobre el considerar estas extinciones como un evento aislado o meramente como parte de un proceso que se agudiza. Únicamente durante estos años recientes, las plantas han sufrido también extinciones masivas.
La extinción masiva del Holoceno se caracteriza de manera significativa por la presencia de factores de origen humano y su extremadamente corta duración en términos geológicos., en comparación a otros eventos de extinción.